Cierra los ojos antes de adentrarse en ese otro mundo que tanto le gusta. No puede estar mucho tiempo, desde pequeña nunca ha sido capaz de mantenerse en ese universo paralelo durante mucho más de medio minuto. Oye los ruidos cercanos y lejanos a la vez, es una sensación extraña que siempre le ha encantado. Escucha el enfado de una cañería que retumba en su oído, pero lejos de asustarse ella sonríe creando miles de burbujas. Ahora es el plof, plof el que la distrae y decide abrir los ojos para observar como el grifo distorsionado deja escapar poco a poco esas gotas armoniosas que caen siempre a la misma velocidad, al mismo ritmo, de la misma manera. Vuelve cerrar los ojos justo antes de salir a la superficie. Allí, otra vez, donde los sonidos vuelven a ser reales, donde su corazón sigue estando roto, donde cada ruido es una irritación. Con lo bien que se está en el mundo donde no se piensa y se imagina, que no hay hueco para la tristeza y si para la tranquilidad.Ella dispuesta a seguir disfrutando del día, vuelve a coger aire y de nuevo se zambulle en el agua. Ahora decide escucharse a sí misma, tararea una canción para sus adentros. Una canción que en la superficie la haría llorar pero allí, en su mundo de sirenita, no hace otra cosa que provocarle felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario